Dos candidatas transgénero hacen historia en la política de EEUU

La comunidad trans estadounidense está viviendo una revolución bidireccional. En los últimos meses, se ha establecido un debate social en EEUU más que productivo puesto que ha conseguido que la actitud de la sociedad general hacia la identidad sexual de cada individuo haya mejorado mucho en poco tiempo.

El pasado 30 de junio, Ash Carter, secretario de Defensa del país, anunciaba que el Pentágono levantaba la prohibición de que las personas transgénero sirvan en el ejército de Estados Unidos. Además, anunciaba dijo que los miembros de las Fuerzas Armadas podrán pasar por una transición de género mientras están en ejercicio.

Sin lugar a dudas, una decisión que ha conseguido derribar una de las últimas barreras de participación en las fuerzas armadas. Este gran cambio ha llegado acompañado de anuncios que reducen los actos diarios de #microdiscriminación que sufren las personas de esta comunidad. Nuevas leyes que se han entrado en vigor como la anunciada por el alcalde de Nueva York que ha indicado que todos sus baños públicos de un solo ocupante pasarán a ser unisex.

La política del cambio

En el terreno político también se están sintiendo con fuerza los vientos del cambio. Un cambio inclusivo que se ha concretado en la figura de dos representantes del partido demócrata. Misty Plowright (Colorado) y Misty K. Snow (Utah) se han convertido en las primeras candidatas transgénero en ganar las primarias del partido que ha elegido a Hillary Clinton como su nueva líder.

Los votantes demócratas de Utah y Colorado eligieron a Plowright y Snow como sus abanderadas para el Senado y el Congreso en las próximas elecciones que se celebrarán en el mes de noviembre. Un hecho que se ha convertido en algo histórico en la política de EEUU y que demuestra como la percepción de la población mayoritaria hacia identidades sexuales minoritarias ha evolucionado a gran velocidad en la última década.

En un país en el que más de 1,4 millones de personas pertenecen a la comunidad trans, se está viviendo un punto de inflexión. No se trata tanto de un momento trascendental de lucha, más nos encontramos ante una situación en la que sólo queda por ver cuando los inmovilistas aceptan su derrota.

Ambas se presentan en estados tan conservadores que cualquier figura que se salga de los patrones de la heteronormatividad es susceptible de ser sospechosa.  

De ahí que su victoria política sea complicada. Sin embargo, el triunfo que han conseguido Plowright y Snow es de un calado mucho mayor. Estas dos representantes demócratas han logrado un impagable ejercicio de visibilización y normalización para el colectivo trans. Así se escribe la política con el lenguaje de la diversidad y la inclusión.

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