ARBRE: Un estudio que evalúa como influyen las terapias antirretrovirales

El estudio ARBRE pretende determinar los beneficios de los últimos fármacos antirretrovirales sobre el funcionamiento cerebal. Se sabe que el VIH alcanza el cerebro desde los primeros días después de la transmisión, pero hasta el momento los estudios que han investigado la eficacia de los tratamientos en los transtornos cognitivos asociados al VIH se han centrado en aspectos muy específicos y tienen limitaciones importantes.

La mayoría de los estudios realizados están basados en tratamientos antiguos, los cuales hoy en día no se prescriben. En cuanto a las terapias antirretrovirales más actuales, que están combinadas principalmente con una familia de fármacos (los inhibidores de la integrasa), no disponemos de información. 

Además, los parámetros investigados hasta el momento han sido muy concretos: aún se desconocen los efectos de los antirretrovirales en funciones cognitivas como la memoria o el aprendizaje, por ejemplo. La mayoría de estos estudios previos tampoco han tenido en cuenta el momento de inicio del tratamiento, que puede ser más o menos próximo al momento de la infección. 

En la actualidad el tiempo entre la transmisión del virus y el momento de inicio del tratamiento se está acortando de forma sustancial, con la relevancia que ello implica a diferentes niveles de salud. Gracias a la colaboración de BCN Checkpoint, un centro comunitario para la detección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y del Instituto de Diagnóstico por la Imagen, el estudio ARBRE adquirirá una nueva dimensión con la inclusión de participantes seronegativos. 

Un estudio que amplía sus fronteras

A lo largo del estudio se recogerán datos del funcionamiento cerebral de personas con VIH que inicien tratamiento antirretroviral de una forma precoz (menos de 3 meses entre el momento de la transmisión y el inicio de la terapia), personas que lo inicien de forma más tardía (más 6 meses), y personas seronegativas.

”En la investigación alrededor del VIH, las conclusiones que se extraigan a partir del análisis del funcionamiento cerebral de estos tres grupos participantes pueden ser reveladoras y tener un gran impacto” explica el investigador principal del estudio, el Dr. Jose A. Muñoz-Moreno.

Y añade que ”en el caso de las personas seronegativas, las información obtenida será prioritaria, ya que no es habitual explorar el estado del cerebro de manera tan exhaustiva en la población general sin ninguna patología específica. La participación de estos voluntarios sin las infecciones de gran interés, tanto en la investigación del VIH como en la investigación biomédica en general”. 

El proyecto también abre la puerta, en el caso del grupo de personas seronegativas, a investigar la influencia sobre el funcionamiento cerebral de variables como el nivel de escolaridad, el consumo de drogas, o el estado emocional.

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