‘La chica danesa’: El despertar de la identidad latente

FICHA TÉCNICA

Título original: ‘The Danish Girl’

Duración: 120 minutos

Nacionalidad: Británica

Dirección: Tom Hooper

Guión: Lucinda Coxon (Novela: David Ebershoff)

Fotografía: Reinier van Brummelen

Música: Alexandre Desplat

Reparto: Eddie Redmayne, Alicia Vikander, Amber Heard, Ben Whishaw, Matthias Schoenaerts, Victoria Emslie, Adrian Schiller, Richard Dixon, Paul Kerry, Helen Evans, Michael Gade Thomsen, Alicia Woodhouse

Calificación: 6 / 10

¿De qué va?

El estreno en España de la nueva película de Tom Hooper (‘El discurso del rey’) ha coincidido con la noticia de que la cinta ha sido censurada en numerosos países de Oriente Medio: Catar, Emiratos Árabes, Omán, Kuwait, Baréin y Jordania puesto que se trata de una cinta que realiza una ‘apología de la depravación’.

La cosa empieza bien. Y es que la película protagonizada por Eddie Redmayne y Alicia Vikander trata de llevar a un público masivo un tema como la transexualidad que, queramos o no, sigue siendo tabú. Ahí reside gran parte del encanto del film y es exáctamente lo que se quiere transmitir.

‘La chica danesa’ narra la historia real del pintor danés Einar Wegener (Redmayne), que en la década de los veinte del siglo pasado se convirtió en la primera persona en someterse a una operación de reasignación sexual de la historia. 

El viaje transgénero en el que se embarca Einar y del que termina naciendo Lili cuenta con el inquebrantable amor y el ilimitado sostén de su esposa Gerda (Wikander) así como el de Hans (Matthias Schoenaerts), un galerista amigo de una infancia en la que compartieron complicidad y se repartieron la incomprensión de la fría Velje.

La conciencia de la identidad

Ahora bien, lo que sobre el papel resulta una idea maravillosa no termina de redondearse en su ejecución. Como si fuese una especie de amor tóxico, las virtudes de la cinta van transformándose en defectos que terminan distorsionando el resultado global de la película. 

Tom Hooper asume los riesgos de llevar una historia silenciada a lo largo de los años a un escenario mainstream. Aunque para ello termina simplificando en exceso un proceso psicológico extremadamente complejo como es el de la transición de género para reducirlo a un armonioso juego de colores pastel. Como si el pulcro Benedetti se empeñase en escribir la biografía del transgresor Burroughs. 

La sensibilidad y el exquisito sentido visual del director británico se apoyan en una preciosista fotografía de Reinier van Brummelen y en un sublime diseño de vestuario, que ha llevado al español Paco Delgado a su segunda nominación al Óscar, para intentar compensar un guión tan previsible y académico como el sol en agosto. 

Las interpretaciones de Eddie Redmayne y Alicia Vikander también han sido nominadas a la próxima edición de los premios de la Academia norteamericana. Y lo cierto es que su trabajo es completamente opuesto: barroquismo frente a desnudez. 

Redmayne se queda en el escaparate. El actor se sumerge en la femineidad con suma facilidad, como si fuese una de las bailarinas pintadas por Degas. Sin embargo, la cámara de Hooper le encierra en una jaula de cristal de poses y lágrimas y en demasiadas ocasiones luce como un maniquí. Vikander, con su naturalidad e irreductible fuerza, consigue arrasar en el duelo interpretativo.

‘El argumento es la inclusión, el sentirse reconocido, a través del amor’ afirmaba Tom Hooper en la presentación de la cinta en el pasado Festival de Venecia. La lástima es que ‘La chica danesa’ es un producto tan oscarizable, una película tan correcta y académica que va perdiendo sus sentimientos por el camino.

Vídeo: Tráiler de ‘La chica danesa’