Encuentran cientos de cartas románticas entre dos soldados de la Segunda Guerra Mundial

A veces la realidad supera a la ficción y es justo lo que sucede con esta trágica historia de amor, que parece el guión de una película hollywoodense. Resulta que en 2008, Gilbert Bradley, un veterano de la Segunda Guerra Mundial falleció llevándose a la tumba un secreto que sería descubierto gracias a sus cartas abandonadas, pues la empresa encargada de acondicionar nuevamente la casa de Bradley encontró cientos de cartas fechadas durante la guerra y decidió venderlas a un comerciante coleccionista.

Dichas cartas fueron vendidas después a Mark Hignett,  miembro del Museo de la ciudad de Oswestry quien dedicó varias horas a revisar estas cartas, las cuales a primera vista parecían la clásica correspondencia entre un soldado y su novia, sin embargo, al poco tiempo descubrió que la ‘G’ con la cual se firmaba cada carta no correspondía a ‘Girlfriend’, sino a Gordon Bowsher, un compañero del ejercito de quien estaba perdidamente enamorado.

Entre las cientos de cartas de amor que intercambiaron estos soldados, se pueden leer frases muy significativas que las convierten en una historia digna de ser llevada al cine:

“Mi querido chico… No hay nada que desee más en la vida sino tenerte conmigo constantemente”

“El resto del mundo no tiene idea de lo que es nuestro amor. No saben qué es amor”

“Imaginemos el momento en que la guerra termine y estemos viviendo juntos”

“¿No sería maravilloso si todas nuestras cartas pudieran ser publicadas en el futuro en un tiempo más iluminado?”

Justo fue esta última frase la que llevó al activista LGBT+ Peter Roscoe, a reconocer la importancia de estas cartas de amor pues la gran mayoría de soldados gays quemaban esta correspondencia por miedo a ser descubiertos. Las cartas retratan un tiempo donde ser homosexual era ilegal y la situación para los soldados era aún más delicada.

Pero tal como Bradley y Bowsher lo desearon en sus cartas, y a 80 años de su historia de amor, sus cartas se hicieron públicas aunque tristemente no todos sus sueños pudieron cumplirse, pues al parecer después de la guerra cada uno siguió su camino cumpliendo lo que se esperaba de los hombres de aquella época.